miércoles, 14 de noviembre de 2012

Kant y la huelga

¿Reconoce usted que la reforma laboral sólo ha servido para facilitar el despido y eliminar derechos a los empleados, iniciándose así un descenso de salarios y empeoramiento de condiciones laborales?
¿Reconoce que la total prioridad que se da al pago de la deuda pública y los intereses de la misma (incluida en la constitución mediante pacto PP-PSOE) significa que el derecho de cobro de los bancos acreedores está por encima de los derechos de los ciudadanos a recibir servicios básicos?
¿Ve usted que los recortes en servicios públicos básicos afectan principalmente a los más desfavorecidos? ¿Se da cuenta de que, además, estos recortes envían al paro a muchos empleados públicos y menguan los salarios de los que conservan su puesto?
¿Es capaz de ver que todo lo anterior, junto con la subida del IVA, hace que la gente pueda consumir menos, haciendo que el mercado interno del país se resienta y cierren a su vez muchísimas empresas que dependen de dicho consumo?
¿Sabe que el apoyo público a la investigación y el desarrollo se ha reducido de manera continuada desde 2009 y el recorte más brutal fue el de este año?¿Es consciente de que la salida por la que quieren llevarnos es la de las exportaciones baratas, que implican una reducción de salarios para poder competir con China y similares países y, por tanto, conducirá a un empobrecimiento generalizado de la población?

Si a usted le parece bien todo esto que está sucediendo, no haga huelga.

Si no está de acuerdo con estas medidas debería hacer huelga. ¿Por qué?:

Porque si TODOS los trabajadores hiciesen huelga y el resto de la población la apoyase, de una manera o de otra acabarían cambiando las políticas que nos llevan al empobrecimiento en nuestro país o incluso en la UE. Por tanto, una acción conjunta de todos tendría un resultado seguro.

El imperativo categórico, base de la moral humana, nos dice que "debemos obrar de modo que podamos desear que la máxima de nuestra acción se convierta en ley universal". Entonces, la cosa está clara: si deseamos cambiar las políticas actuales, debemos hacer huelga. Dado que una huelga total sería, sin duda, efectiva, si queremos alcanzar el objetivo deberíamos también querer que se consiguiese esa huelga generalizada. Por tanto, según el imperativo kantiano, debemos hacer aquello que desearíamos que todos hiciesen, así que a la huelga habrá que ir.

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